Muchas veces no sabemos elegir,
nos gustan las cosas difíciles, porque a decir verdad ¿A quién le gusta las cosas fáciles?
Siempre nos gusta el que nos hace mal, el que nos hace llorar, aquel que pasa y no nos mira. Pero sabemos que
en el fondo si les importa lo que hacemos y dejamos de hacer aunque no lo demuestren. Tenemos que aprender que si esperamos nuestro momento, tarde o temprano vamos a conseguir lo que queremos.
Lo fácil, se nos va sin darnos cuenta. Lo difícil cuesta, pero con sacrificio ¿quién no puede obtener lo que quiere? Nunca digas nunca.